¿Qué es la ecoansiedad?

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Hoy en día es muy habitual preguntarse qué es la ecoansiedad o ansiedad climática y cómo afrontarla. La creciente evidencia del cambio climático, el deterioro medioambiental y la urgencia por revertir el impacto que el calentamiento global tiene en nuestras vidas, ha incrementado los síntomas de este tipo de ansiedad y otras dolencias psicológicas como el estrés o la depresión.

La salud mental de muchas personas se está viendo afectada ante un exceso de preocupación por aspectos como el cambio climático y fenómenos asociados como: contaminación del aire, incendios forestales, aumento del nivel del mar, aumento de la temperatura, fenómenos meteorológicos extremos, sequía y otros. 

La American Psychology Association (APA) describe la ecoansiedad como el “temor crónico a sufrir un cataclismo medioambiental que se produce al observar el impacto aparentemente irrevocable del cambio climático y la preocupación asociada por el futuro de uno mismo y de las próximas generaciones”.

Esta asociación propone una guía muy interesante sobre el impacto e implicaciones que el cambio climático está produciendo en la salud mental: “Mental Health and our changing climate”

La ecoansiedad, no está todavía reconocida como una condición médica como tal y tampoco aparece como un trastorno en el DSM-5 (Manual que contiene descripciones, síntomas y otros criterios para diagnosticar trastornos de salud mental).

Sin embargo, que no haya sido reconocido como un trastorno a día de hoy, no significa que no haya personas que estén viendo limitadas sus vidas por la percepción del cambio climático y otros fenómenos de impacto medioambiental como amenazantes. Los psicólogos y profesionales de la salud mental en activo reconocen que es un fenómeno que está teniendo lugar y que empieza a reflejarse en las consultas.

La ecoansiedad se trata de una respuesta emocional de la persona caracterizada por una gran excitación fisiológica (tensión muscular, aumento del ritmo cardiaco, sudoración, dificultad para respirar…) causada por la anticipación de las posibles consecuencias nocivas en su vida y la de otros que podrían tener el cambio climático y otros problemas medioambientales.

En ocasiones, se utiliza el término solastalgia como sinónimo de ecoansiedad pero esto no sería correcto, ya que la solastalgia se referiere a los síntomas experimentados por personas que ya han sufrido las consecuencias de un desastre natural en sus vidas.

El filósofo australiano Glenn Albrecht la define como “el conjunto de trastornos psicológicos que se producen en una población nativa tras cambios destructivos en su territorio, ya sean consecuencia de actividades humanas o del clima”. Si queréis saber más del tema, os sugiero la charla Ted de este autor sobre el impacto emocional del cambio climático.

Causas de la ecoansiedad

La principal causa de la Ecoansiedad sería la interiorización excesiva de los grandes problemas medioambientales que afectan a nuestro planeta.

Experimentar preocupación por el cambio climático y sus consecuencias es habitual en la mayoría de las personas y, además, pienso que ese grado de inquietud es esencial ante la necesidad de actuar para reducir las emisiones y ralentizar el calentamiento global. Según Víctor Viñuales, director de la fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes), en una entrevista a EFE comenta que estima que hay “más de 3.000 millones de personas en situación de franca vulnerabilidad climática”.

Respecto a nuestro país, el informe sobre el clima en 2021 en España muestra un año marcado por fenómenos extremos: el temporal de nieve asociado a la borrasca Filomena y la ola de calor de mediados de agosto, la más intensa desde 1975. En los últimos meses, hemos podido experimentar también un otoño bastante inusual, ya que en la mayoría de las provincias españolas se han llegado a registrar temperaturas máximas, “temperaturas más propias de comienzos de septiembre”, según el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, Rubén del Campo.

Está claro que se trata de una preocupación fundada de la que nos tenemos que ocupar. Sin embargo, hay que discernir entre lo que puede ser un nivel de ansiedad normal e incluso propiciador de acción comprometida, o una ecoansiedad limitante que perjudique nuestra vida. Y en esto me centraré en los próximos apartados.

Si te interesa conocer más sobre qué es la ansiedad, sus síntomas, trastornos más frecuentes y causas, no dudes en leer este post.

¿Cuáles son los síntomas de la ecoansiedad?

La realidad es que experimentar ansiedad no es algo patológico en sí, sino algo común a todos los seres humanos, ya que nos viene de serie. Cada uno de nosotros experimenta esta emoción ante determinados eventos que percibimos como una amenaza.

El problema viene cuando esa ansiedad nos bloquea, limita nuestra vida e impacta en nuestras relaciones con el entorno inmediato. Podríamos hablar de ecoansiedad cuando la persona experimenta alguno o varios de estos síntomas.

En el caso de la ecoansiedad, los síntomas más frecuentes serían:

  • Sentirse tenso, nervioso e incapaz de relajarse ante la anticipación de ideas relativas al cambio climático y sus consecuencias
  • Dificultad para dejar de preocuparse, temer lo peor o pensar que van a pasar cosas terribles en relación al futuro
  • Problemas para mantener la mente desconectada ante la mínima información relativa al cambio climático en internet o medios de comunicación
  • Sentirse sobrepasado ante la idea de no poder abarcar todo lo que se piensa que sería necesario hacer para impactar positivamente en el medio ambiente: no usar plásticos, convertirse al veganismo, reciclar todo correctamente, reducir emisiones de CO2, etc.
  • Sensación de indefensión y de falta de recursos para afrontar las consecuencias del cambio climático a corto, medio y largo plazo
  • Sensaciones fisiológicas como: mareo, tensión muscular, aumento del ritmo cardiaco, respiración acelerada, sudoración, temblores, sensación de debilidad o cansancio
  • Dificultades para conciliar el sueño por preocupaciones relativas al cambio climático
  • Rumiación: pensar sin parar en situaciones desagradables o amenazantes una y otra vez
  • Molestias en extremidades como dolor, hormigueo, piel enrojecida, pinchazos, ardor…
  • Problemas digestivos: ardor, malestar, náuseas, gases, estreñimiento, diarrea…
  • Experimentar ataques de pánico, cuyos síntomas frecuentes serían: taquicardia, sensación de mareo o de desmayo, mucho calor o mucho frío, sudoración y temblores, nauseas, dolor en el pecho o en el abdomen, dificultades para respirar o ahogamiento, piernas temblorosas, sentirse desconectado del propio cuerpo o del entorno, etc.

Si te sientes identificado o identificada con lo anterior, y percibes que tu vida se ve limitada por estos síntomas, es el momento de ponerte en marcha y buscar cuanto antes un especialista en el tratamiento de la ansiedad

¡Hola! Soy Itziar Velasco, psicóloga especialista en el tratamiento de la ansiedad

Soy psicóloga en Alcalá de Henares, especialista en el tratamiento de la ansiedad, depresión y otros problemas psicológicos. Te agradezco tu paso por mi blog y te invito a continuar leyendo este post que he escrito con mucho cariño para vosotros

Factores de riesgo de la ecoansiedad

Hay personas que pueden ser más vulnerables a padecer de ecoansiedad. Entre los factores de riesgo podrían estar:

  • La localización geográfica: vivir en zonas en las que el cambio climático se evidencia más puede favorecer la aparición de ecoansiedad. Algunas zonas del planeta están más expuestas que otras al impacto a los impactos derivados del cambio climático. Los resultados del índice de Riesgo Climático (IRC) Global 2020, basado en los impactos de eventos climáticos extremos y sus consecuencias socioeconómicas, indica como los 5 países más vulnerables: Japón, Filipinas, Alemania, Madagascar y la India. En nuestro país, vemos que el aumento del nivel del mar, hace que las regiones costeras se vean más vulnerables, junto con aquellas con sequías y mayor índice de incendios forestales.
  • Presencia de trastornos de salud mental previos o enfermedades crónicas. Las personas que, por ejemplo, presentan un alto grado de ansiedad generalizada (tener de manera regular o incontrolable preocupaciones sobre muchos aspectos diferentes de la vida diaria), podrían ser más vulnerables ante las amenazas específicas del cambio climático.
  • Edad: se está percibiendo que la ecoansiedad o ansiedad climática se está convirtiendo en un problema de salud mental en niños, adolescentes y jóvenes. Algunos de ellos pueden experimentar la sensación de “no ser capaces de visualizar su futuro”. Tiene sentido que esta incertidumbre sobre el futuro la tengan aquellos que más van a experimentar los resultados del calentamiento global
  • Personas con bajo conocimiento sobre el cambio climático y su impacto. Podemos pensar que a veces es mejor vivir en la ignorancia pero en este caso, la investigación muestra que conocer mejor al enemigo, favorece la toma de decisiones y acción comprometida para mejorar la situación adversa.

Cómo superar la ecoansiedad

Como ya hemos visto, no todo es ecoansiedad y la mayoría de nosotros sentimos de alguna manera preocupación por el impacto del cambio climático en nuestras vidas actuales y en el futuro. Sin embargo, si ves que estas preocupaciones son demasiado invasivas y te impiden avanzar o centrarte en lo que es importante para ti, llegó el momento de actuar. ¿Y qué podrías hacer?

#1. Céntrate en lo que está bajo tu control

El cambio climático y el estado del medioambiente no dependen de los resultados de tus acciones diarias, no pongas esa presión sobre ti. La mayor parte de nuestras acciones están determinadas por los sistemas políticos, económicos y sociales en los que vivimos. Para poder vivir un estilo de vida sostenible se necesitan importantes cambios socioeconómicos sobre los que como individuos tenemos bastante menos poder del que desearíamos.

Te recomiendo que para minimizar el impacto de tu ecoansiedad, te centres en aquello que de verdad está bajo tu control y saques de tu mente aquellas preocupaciones sobre las que no puedes emprender acciones específicas.

¿Qué cosas podrían estar bajo tu control?

  • Aprovechar al máximo la luz solar
  • Hacer un uso responsable del agua
  • Reciclar adecuadamente
  • Apoyar las energías renovables
  • Evitar el consumismo excesivo y reutilizar al máximo nuestra ropa y otros objetos personales
  • Reducir el consumo de carne u optar por una alimentación vegetariana o vegana si lo deseas
  • Evitar el uso de plásticos y usar envases biodegradables
  • Usar biomasa como fuente de calor
  • Practicar una movilidad sostenible: mayor uso del transporte público, bicicleta, vehículos eléctricos…
  • Colaborar con iniciativas locales de activismo medioambiental
  • Hacerte socio o contribuir económicamente con alguna ONG ambiental
  • Realizar escapadas a la naturaleza porque ello potenciará tu conexión con ella y las ganas de cuidarla más.

Seguramente me dejo algunas otras iniciativas y, aún así, las acciones arriba expuestas son muchas y nuestro ritmo de vida y obligaciones diarias quizá no nos permitan llevarlas a cabo como nos gustaría. Es importante que seas consciente de que aunque hay iniciativas que puedes hacer personalmente, quizá no puedas abarcarlas todas. No te dejes arrastrar por el error cognitivo del “todo o nada”. Siempre es mejor hacer algo que nada.

Si quieres mantener el estrés y ansiedad en un nivel adecuado, no cargues sobre tus espaldas más de lo que puedas asumir y acepta que no podemos abarcarlo todo. Es fundamental tratarnos a nosotros mismos con amabilidad y poner un límite a nuestro perfeccionismo y autoexigencia.

#2. Aprende estrategias de control emocional

Adquirir herramientas que nos permitan afrontar adecuadamente la inevitable adversidad, es el mejor antídoto para los problemas de salud mental. La ecoansiedad nos puede llevar a experimentar emociones como la ira, frustración, impotencia, tristeza, desesperanza, miedo…ante la imposibilidad de detener el cambio climático.

En el vídeo de mi canal de Youtube “Cómo vencer la ansiedad. 7 claves para superarla” te hablo de un montón de estrategias que te pueden ayudar a manejar mejor tu ecoansiedad.

 

#3. Evita la sobreexposición a las noticias catastróficas sobre el cambio climático

No podemos permanecer al margen del mundo y las noticias sobre catástrofes en general, y en particular sobre el cambio climático, están presentes en nuestro día a día. Es importante encontrar el equilibrio entre estar bien informados, a través de fuentes lo más fiables posibles, sin caer en buscar o exponernos a artículos o noticias excesivamente catastrofistas que no aporten soluciones.

Como psicóloga experta en el tratamiento de la ansiedad, te invito a que si experimentas alguno o varios de los síntomas de ecoansiedad descritos en el apartado anterior, te alejes durante un tiempo de noticias adversas sobre esta temática. Te sonará un poco radical, pero te aseguro que va a ser uno de los puntos importantes para conseguir que mejore tu bienestar emocional.

#4. Aumenta tu conocimiento sobre el cambio climático de fuentes fiables

En un artículo científico escrito por el académico finlandés Panu Pihkala, considera la relación entre ecoansiedad y la educación mediambiental. Recomienda que los educadores adquieran un rol positivo a la hora de afrontar la ecoansiedad y que ésta puede constituir un importante motivador para la acción comprometida. Una mayor participación en temas mediambientales, puede ayudar a mitigar el estrés y la ansiedad y favorecer una actitud colectiva de afrontamiento ante la adversidad climática.

#5. Céntrate en tus valores, en lo que es importante para ti

Es el momento de dejar de sintonizar “radio cambio climático” todo el tiempo. Cuando centramos nuestra atención en algo, incluso de manera obsesiva durante una parte importante del día, dejamos de lado otras cosas que son importantes para nosotros.

Identifica tus valores, es decir, lo que es importante para ti y empieza a emprender acciones que te acerquen a esos valores.

¿Quieres saber más sobre lo que son los valores y la manera de identificar los tuyos? Te invito a que veas este vídeo de mi canal: “Conoce tus valores” (lo adjunto al final del post) y a que hagas el ejercicio que describo en esta entrada de mi blog.

 

#6. Adquiere un estilo de vida saludable

No me canso de remarcar a mis pacientes el impacto positivo que un estilo de vida saludable puede tener en su salud mental. Para mí ese estilo de vida se centra en tres pilares: una actividad física adecuada y frecuente, una alimentación saludable y nutritiva, y hacer del espacio físico en el que vives y trabajas un lugar en el que te sientas cómodo y cargues energía.

#7. Potencia los vínculos sociales de calidad y acepta que no todos piensan como tú

Cuando estamos muy ensimismados en nuestra preocupación por el cambio climático y el cuidado del medio ambiente, podemos darnos cuenta de que el resto de personas quizá no piensan o sienten como nosotros, o al menos no en el mismo grado. Quizá nuestros familiares y amigos no se involucren tanto como nos gustaría en el tema, o incluso lleguen a tener visiones diferentes o abracen otros estilos de vida.

Pienso que está bien que los demás conozcan nuestra postura o que incluso intentemos influir de alguna manera en ellos, pero aceptar que lo que piensan y sienten los demás está fuera de nuestro control, puede ser importante para entender que a veces es mejor conservar y enriquecer las relaciones con los nuestros, centrándonos más en lo que nos une que en lo que nos separa.

Por otra parte, podemos también generar nuevas relaciones sociales con personas afines a nuestro estilo de vida. Pero si en este momento la ecoansiedad está siendo un problema para ti, te recomiendo que mantengas vínculos sociales de calidad y que te expongas también al criterio de personas que no necesariamente piensen como tú. Ello te ayudará a no centrarte únicamente en temas relacionados con el cambio climático, a diversificar tus intereses, a exponerte a otros puntos de vista, a potenciar la reflexión, tu capacidad crítica y a ganar en flexibilidad y adaptación.  Empatizando y entendiendo mejor otras formas de entender el mundo, pueden relajar un exceso de rigidez que podría incrementar tu malestar o incluso potenciar tu aislamiento social de personas que pueden ser clave para tu mejora y una vida más rica y plena.

#8. Acude a un psicólogo/a especialista en ansiedad cuando lo necesites

Como psicóloga percibo que en la mayoría de las ocasiones, cuando el cliente toma la decisión de acudir a terapia, es cuando ya el sufrimiento ha campado a sus anchas. Como he comentado antes, la ansiedad es una respuesta normal de toda persona ante lo que percibe como una amenaza pero si tu vida se ve condicionada por ella, si es un obstáculo para hacer lo que es importante para ti y te impide avanzar, ¡no lo pienses más! ¡Comienza con tu tratamiento para la ecoansiedad lo antes posible!.  

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